jueves, 3 de marzo de 2016

Dietas de moda, ¿peligrosas?: Método "Thinking"



El Método Thinking tiene su origen en Diego Olmedilla, una persona que estuvo probando todo tipo de dietas y que comprobó que solo eran una parte de la solución al problema. Thinking está especialmente pensado para personas que, pese a practicar ejercicio y realizar dietas, siguen sin poder bajar de peso. No trata tanto el sobrepeso en sí mismo, sino la mala relación con la comida que puede derivar en sobrepeso. Por ello, dice contar con un equipo multidisciplinar: médico, nutricionista, psicólogo y coachLas fases de las que consta el Método Thinking, como otros métodos de adelgazamiento, son tres: adelgazamiento,consolidación y mantenimiento.


Esta metodología que busca implantarse en el mercado con la venta del libro y una página web donde los usuarios encuentran diferentes servicios recuerda a otras dietas famosas:

Dieta Dukan: médico francés (nació en 1941). Este método se explica en el libro: No consigo adelgazar, publicado en el año 2000 y traducido a 14 idiomas en 32 países, cuenta con cientos de miles de seguidores en todo el mundo. Los médicos franceses denunciaron a Dukan  en el 2012, y le culpan de hacer de la medicina un negocio.

Dukan propone un método de adelgazamiento estructurado en cuatro fases, dos para perder peso y dos para estabilizarlo:
  1. La fase de ataque: pérdida de peso rápida y motivadora. Se admiten 72 alimentos ricos en proteínas puras para impulsar el adelgazamiento. 
  2. La fase de crucero: logra un Peso Justo de manera progresiva. Una alternancia de días de PP (Proteínas Puras) y de días de PV (Proteínas y Verduras) con la reintroducción de 28 verduras recomendadas.
  3. La fase de consolidación: reeduca tu cuerpo para evitar el efecto yoyó. Una reintroducción progresiva de alimentos más energéticos y de comidas de celebraciones. El Jueves de PP, día de Proteínas Puras, ayuda a reajustar el Peso Justo cada semana, si es necesario, para evitar el efecto rebote.
  4. La fase de estabilización: tres reglas que debes seguir de por vida (jueves de PP: un día de proteínas puras a la semana; paseo de 20 minutos al día y 3 cucharadas de salvado de avena).


Dieta de Atkins: cardiólogo estadounidense (1930 - 2003), su dieta estuvo de moda durante más de 20 años. Escribió diferentes libros basados en recomendar un consumo casi exclusivo (90%) de proteínas: carnes rojas, embutidos, quesos, huevos, mariscos, mantequillas, margarinas, aceites, mayonesas, mantecas, cremas de leche o yogur entero, etc. Se deja un mínimo espacio (10%) a hidratos de carbono extraídos de las verduras y frutas, y quedan prohibidos alimentos tales como las pastas, harinas, arroz, pan y bollería, legumbres, azúcar, bebidas alcohólicas y leche.

Dieta de Montignac: Michel Montignac, graduado en Ciencias Políticas, falleció de cáncer de próstata a los 65 años en 2010. Michel, también, había probado muchas dietas que no le funcionaban; y decidió crear una propia que clasifica los alimentos en "buenos y malos". Los buenos serían los que provocan una liberación pobre de glucosa en sangre: pan integral, verduras, fruta fresca, mermelada sin azúcar, legumbres, lácteos, zumo natural, cereales integrales, etc.) y los "malos", que provocan un fuerte aumento de glucosa, como dulces, harinas y cereales refinados, patatas, miel, maíz y maltosa (presente en la cerveza).

Dieta disociada: William Howard Hay, (1866 - 1940) fue un  médico de Nueva York que llegó a pesar 100 kg, en  Salud a través de la alimentación sostuvo la teoría de que los hidratos de carbono no pueden ser consumidos junto con las proteínas. En principio, este tipo de consumo es casi imposible, porque no existen alimentos que solamente contengan proteínas o hidratos de carbono. Pero advirtió de los riegos del estreñimiento y de un estilo de vida poco saludable. Proponía no comer mucha carne ni hidratos de carbono refinados. Reivindicó la  importancia de la prevención frente a la curación.

Dieta del grupo sanguíneo: creada por un naturista  James L. D'Adamo de New York (1932- 2013), murió a los 81 años, requiere una alimentación para cada tipo de sangre (A, B, AB y O). Cada grupo está más predispuesto a ciertas enfermedades más que los otros, pudiendo compensarse estas tendencias con la alimentación. Finalmente, dijo que era necesario un estudio sanguíneo personal.

Test de Alcat: consiste en la extracción de una muestra de sangre para detectar  intolerancia o sensibilidad a un grupo de alimentos. Estos análisis cuestan unos 600 €.

Dieta de la alcachofa: se usa este alimento debido a que es un alimento poco calórico (unas 49 kilocalorías), tiene alto contenido en fibra, vitaminas, minerales (potasio), cinarina y bajo contenido en sodio. Estos nutrientes y sustancias nos proporcionan propiedades diuréticas (eliminación de agua y toxinas), mejoran la digestión de las grasas, mejoran función renal y hepática y la absorción de la glucosa en sangre. El problema radica en una alimentación monótona o en una ingesta engañosa de comprimidos. 

La realización de estas dietas producen una pérdida de peso notable en muy poco tiempo al ser mayoritariamente hipocalóricas; sin embargo, cuando se inicia de nuevo la dieta normal se recuperan los kilos perdidos. Además, pueden favorecer la pérdida de minerales y otros nutrientes, aumentar los niveles de colesterol sanguíneos y  alterar los riñones por un aumento del ácido úrico. Es recomendable asesorarse por especialistas acreditados y consultar con el médico.

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